La lucha contra la segregación escolar

Por EQUIPO AICTS / 30 de mayo 2021

A lo largo de las dos últimas décadas, son numerosas las investigaciones que abordan la situación en España de centros educativos que cuentan con una elevada concentración de alumnado de unas características determinadas socioeconómicas y de origen cultural. En realidad, es una cuestión transversal en Educación y que siempre ha generado un importante consenso en relación a evitar concentraciones y segregaciones, pero que tiene compleja solución. Vaya por delante, la existencia de "centros gueto", como son denominados reciente sobre la cuestión de EsadeEcPol y Save the Children, es un hecho que afecta directamente a la igualdad de oportunidades y a la equidad del sistema educativo. Según este trabajo, siguiendo los datos del estudio TIMSS, España sería el tercer país de la OCDE con centros de este tipo, solo por detrás de Turquía y Lituania. Un dato demoledor que también presenta heterogeneidad en función de las Comunidades Autónomas.

Hay que comenzar señalando los diferentes matices del fenómeno que nos ocupa. En primer lugar, estos centros aparecen en casi todos los sistemas educativos, a pesar del esfuerzo de muchos de ellos por evitarlos. Es un hecho que la ubicación del centro marca en gran medida la caracterización del alumnado y que, en barrios de colectivos desfavorecidos, o de más concentración de familias inmigrantes, estos colegios e institutos tendrán una configuración diferente a los de clase media-alta, por ejemplo. Obvio. Otra cuestión es si esa concentración puede venir acompañada, o derivar, en políticas de segregación ya que, de esta forma, sí que se produce una separación de unos colectivos y de otros. En segundo lugar, la elección de centro por parte de las familias implica también tener en consideración sus estrategias educativas y el valor otorgado a la Educación. En lugares como Estados Unidos, por ejemplo, la elección de barrio para muchas familias está basada también en los colegios de la zona, de los que se conocen los resultados académicos. En España, la existencia de una red pública y una concertada, que presta un servicio público, ha contribuido a una sobrerrepresentación de centros de estas características en la escuela pública, aunque también hay una diversidad de situaciones. Por otra parte, la elección de las familias también es clave para no caer en visiones paternalistas o reduccionistas, o directamente deterministas.

Partiendo de estas situaciones, el objetivo es evitar la existencia de estos "colegios gueto" que, en términos generales, pueden condicionar también los resultados educativos a través del "efecto compañero" y el "efecto Mateo". La respuesta es complicada y también se ha observado cómo algunas propuestas, como por ejemplo el reparto de estudiantes de estos centros en otros de zonas diferentes de la ciudad, tampoco ha funcionado. Tampoco parece que el necesario fortalecimiento de los recursos en estos centros consiga romper con estas dinámicas. Sin olvidar la necesidad de un trabajo más amplio y comunitario con el entorno. Por otra parte, algunos colegios han entrado en ciertas estigmatizaciones que parecen difíciles de superar. En definitiva, una problemática que, lejos de diluirse se ha intensificado. La Educación, mecanismo clave de las políticas públicas en la igualdad de oportunidades y la equidad, motor de la movilidad social, sigue teniendo un reto en esta situación. Pero haríamos mal haciendo caer al sistema educativo su completa responsabilidad en la misma. Es necesario trabajar para que estos estudiantes tengan las mismas oportunidades y consigan unas trayectorias educativas lo más amplias posibles, y ver qué estrategias se pueden desarrollar con las familias y el entorno. Es una realidad que está ahí pero que cuenta con una difícil solución, que no imposible.