Comienzo de curso y la situación de la Educación  

Por EQUIPO AICTS / 25 de septiembre de 2017


Los comienzos de curso suelen venir acompañados de cifras e indicadores acerca de la situación de la Educación. El inicio del curso 2017/18 no ha sido una excepción y, a lo largo de todo el mes de septiembre, asistimos a la publicación de estudios y su análisis y valoración. A pesar del largo e importante camino recorrido por el sistema educativo español desde hace unas pocas décadas, su universalización ha sido más reciente que en otros países occidentales, no es menos cierto que todavía existen importantes lagunas que se han visto ampliadas por las políticas de recortes que comenzaron hace ya casi una década. El informe Education at a Glace 2017 de la OCDE, entre otros, ha puesto de nuevo de actualidad ciertas realidades del sistema educativo español que, lejos de corregirse, se convierten en estructurales.

Uno de los datos más significativos señalaba que el 35% de los jóvenes entre 25 y 34 años no habían terminado ni el Bachillerato ni su FP equivalente, mientras que la media de la OCDE se situaba en el 16%. Este dato muestra cómo muchos estudiantes salen del sistema educativo, habiendo finalizado la educación obligatoria o no, sin encontrar otras alternativas en el mismo. Además, su impacto se produce también en el acceso al mercado laboral, ya que se situarán en empleos de baja cualificación, precisamente los más precarizados. Igualmente, es un indicador en el que España se encuentra estancada desde hace más de una década.

Por otro lado, la situación de la FP sigue en tasas más bajas que la media de la OCDE. En España, la tasa de escolarización en estos estudios es del 12% frente al 26%. A pesar de los importantes avances también logrados en ese ámbito, la FP sigue estando en cierta medida estigmatizada como unos "estudios secundarios" frente al mayor prestigio del Bachillerato. Aunque las tasas de empleabilidad de la FP mejoran, no hay que olvidar tampoco la situación estructural del sector secundario en España que dificulta experiencias como la FP Dual. 

En lo que sí se han conseguido pasos positivos en los últimos años ha sido en el descenso del abandono escolar temprano (jóvenes de 18 a 24 años que no logran la ESO o que, una vez finalizada, no continúan con sus estudios), situado en el 19%, lo que sigue siendo un dato muy elevado (la media de la UE es del 11%), pero mitigado debido a las transformaciones de la estructura productiva, lo que ha dado lugar a que más jóvenes se mantengan en el sistema educativo frente a los años en los que la "burbuja inmobiliaria", entre otros factores, permitía el acceso fácil al empleo. Pero, aunque el abandono escolar temprano se esté reduciendo, hay que considerar que sigue afectando principalmente a los colectivos más vulnerables, que al descender por otro lado las transferencias sociales cuentan con menos posibilidades de seguir en el sistema educativo. 

Pero, sin duda alguna, otro de los indicadores más relevantes sobre la Educación en España hace referencia al gasto. España sigue contando con una inversión en educación inferior al 2005, 8,2% del total del gasto público en 2014 frente al 9,4% nueve años antes. La situación de nuestro país ya era negativa en relación a la OCDE y a la UE, nunca por debajo del 11% y del 10% respectivamente, pero los recortes del gasto han dado lugar a un escenario estructural, como señalábamos anteriormente, que va contra la equidad y la igualdad de oportunidades. Sin una mayor inversión en Educación no se podrán combatir las situaciones anteriores, provocando que en un entorno todavía más complejo numerosos y crecientes colectivos tengan una situación de partida todavía más complicada. La Educación es uno de los principales pilares de las políticas sociales pero, en los últimos años, se ha producido un retroceso en ciertos aspectos de la universalización que deja, en parte, en manos de los recursos disponibles por parte de las familias el avance en el sistema educativo. Los orígenes de clase social son ahora más determinantes que hace una, dos o tres décadas, y eso no cabe duda que es un importante paso atrás.