Covid-19, igualdad de oportunidades y equidad, y Educación

Por EQUIPO AICTS / 18 de mayo de 2020


Uno de los ámbitos en el que más nos estamos centrando en esta serie de artículos sobre Covid-19 y sus consecuencias es el educativo. No cabe duda que, cuando comenzó todo, la situación de la educación fue señalada. Centros cerrados, clases on line, brechas digitales y educativas, etc. Fue un momento en el que la comunidad educativa (alumnos, docentes, familias, etc.) tuvo que hacer un grandísimo esfuerzo para afrontar una situación inesperada. Como señalábamos, la situación de la igualdad de oportunidades y de las desigualdades que se manifestaron, aunque siempre han estado ahí, fue uno de los aspectos claves a los que atender. Había muchos más, algunos tan controvertidos como los relativos a los menús infantiles en la Comunidad de Madrid. Y también en lo relativo a la conciliación de la vida familiar y laboral, tanto en el caso de las personas y famillias que seguían trabajando como en la cuestión de compaginar teletrabajo y tele-educación, de lo que hemos hablado aquí anteriormente. Hace unas semanas, los compañeros y compañeras de RASE. Revista de Sociología de la Educación publicaban un número especial sobre estas cuestiones.

El escenario de futuro de la educación se antoja complicado. Las perspectivas de futuro indican que el curso 2020/21 no comenzará de forma normalizada. Habrá que reducir el número de alumnos por aulas, habrá que mantener la distancia social y tomar en consideración todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad. Este hecho no admite discusión, todo el mundo está de acuerdo en ese sentido. Pero, la situación plantea una serie de preguntas vinculadas tanto a la conciliación, de lo que ya hablábamos en un post anterior, como a la cuestión de la igualdad de oportunidades. Héctor G. Barnés publicaba en El Confidencial un artículo en el que incidía en esta cuestión, señalando que si la educación dejaba de ser presencial, el ascensor social se acabaría por frenar. G. Barnés, uno de los periodistas que más se ha implicado en los últimos años en analizar diferentes aspectos del sistema educativo, contaba con el testimonio de varios especialistas del ámbito de la Educación y de la Sociología de la Educación. Esos mismos días, la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, incidía en una entrevista en El País en que la educación tenía que ser presencial, que era una cuestión insustituible. 

Que la educación presencial se reduzca, hasta que se cuente con una vacuna o remedio frente a Covid-19, implica un golpe muy duro a la igualdad de oportunidades y la equidad. La educación es una de las principales bases de las transferencias sociales y es determinante en la equidad. Sin una escuela presencial, es prácticamente imposible garantizar la igualdad de oportunidades. Al contrario, como hemos visto estos meses, la educación on line incrementa las desigualdades sociales que ya existen a través de la profundización de la brecha digital. La escuela, además cumple funciones de guardia y custodia que precisan de esa presencialidad. Y, además, garantiza el acceso a determinados bienes y servicios a no pocos colectivos como son unos menús saludables a través del servicio de comedor que, en el caso de familias en riesgo de exclusión social, garantizan una comida equilibrada. Además del comedor, habría que añadir toda una serie de actividades complementarias que vienen determinadas por el hecho de acudir a la escuela, como por ejemplo visitar ciertos lugares como museos, teatros, etc., o hacer ciertas actividades que no podrían hacer en el ámbito familiar. Y sin olvidar el papel de la relación con los compañeros y compañeras. 

En definitiva, una situación de riesgo en la que nos encontramos a corto plazo en relación a la igualdad de oportunidades y la equidad en educación. De las medidas y acciones que se tomen en estos meses, dependerá la capacidad del sistema educativo de que no se profundicen las desigualdades ya existentes y, todo ello, en un escenario más complejo en el que la vulnerabilidad social crecerá por las consecuencias económicas de la pandemia.