Retorno a las aulas

Por EQUIPO AICTS / 29 de agosto de 2020


Desde mediados del mes de agosto, una de las cuestiones centrales en la sociedad española ha sido el retorno a las aulas y los colegios en tiempos de la pandemia Covid-19. Este hecho se ha producido en un contexto caracterizado por un incremento constante y acelerado de los contagios en España, lo que ha derivado en una mayor complejización del escenario, ya de por sí bastante difícil. Y es que, obviamente, la pandemia ha transformado nuestra realidad. Desde mediados de mes de marzo, los estudiantes en todos los niveles educativos no han vuelto a sus centros. Una medida drástica que era necesaria y que, como hemos venido reflejando, derivó en un esfuerzo titátino de la comunidad educativa, de todos sus agentes, para adaptarse a la situación. Comenzando por los propios estudiantes, siguiendo por los docentes y los centros, y continuando con las familias. Si al comienzo de la pandemia, e incluso algunas semanas más, se produjeron algunas reacciones basadas en una suerte de "solucionismo tecnológico", en clave oportunidad, al papel de las Tecnologías de la Información y la Comunicación e Internet como medio y fin, y un optimismo que no se sustentaba, pronto las voces contrarias a esta visión y, especialmente, la realidad, se fueron imponiendo. Al final del curso 2019/20 ya nadie podía obviar que el impacto en las desigualdades; la interrelación entre las brechas sociales, económicas y tecnológicas; y la importancia del origen familiar para afrontar la situación, junto con el estrés que se generó en madres y padres. Esta situación ha dado lugar a que no solo se hayan dado las desigualdades en esos meses sino que son acumulativas, como alertan informes y expertos en el sentido de que se producen lagunas de aprendizaje difíciles de superar, las cuales suelen afectar a los mismos colectivos vulnerables.

Tras un final de curso que coincidió con la desescalada, las administraciones educativas, en el caso de España con las competencias educativas descentralizadas en las Comunidades Autónomas, iban preparando un inicio de curso 2020/21 que se preveía complicado, bajo la coordinación del Ministerio de Educación y Formación Profesional. De nuevo, estaba claro que no podía dejarse todo a las tecnologías y que las medidas tendrían que ser claras para facilitar una vuelta a las aulas. Reducción de ratios, aumento de profesorado, adaptación de las instalaciones, uso de espacios que no suelen emplearse para la docencia, medidas sanitarias, etc., se fueron planteando para llevar a cabo un retorno lo más seguro posible cuando todavía no hay vacuna o tratamiento para mitigar la pandemia. Además, la situación actual supone una transformación de las rutinas de los estudiantes, por ejemplo en cuestiones como las actividades extraescolares o las sociabilidades desarrolladas en los centros, ahora muy restringidas por la necesidad de reducir los contactos y mantener una distancia social.

Sin embargo, como hemos indicado, la "segunda ola" de contagios no llegó en octubre o noviembre sino que se adelantó a agosto. De esta forma, durante estas semanas estamos viviendo una situación de debate intenso sobre volver o no a las escuelas, sobre cómo hacerlo, junto con las críticas a las administraciones educativas. El nivel de crispación de este debate ha sido intenso con posiciones muy encontradas y con la comunidad educativa sometida a una enorme presión. Por un lado, hay colectivos y agentes, en todos los ámbitos, que indican que no se cumplen las medidas de seguridad para que los estudiantes puedan volver a las aulas, que se van a disparar los contagios y que el escenario se hará todavía más complejo. Por otra parte, en el lado contrario se indica la necesidad de regresar a los colegios e institutos para evitar las brechas y no incrementar las desigualdades, así como por cuestiones vinculadas a la imposibilidad de muchas familias de afrontar un aprendizaje on line, tanto por recursos como por incompatibilidad con la vida familiar y laboral. De nuevo, hay voces que han incidido en el papel de Internet y las TICs y cómo afectan a la desigualdad

A comienzos de septiembre, la vuelta al cole es una realidad, las Comunidades Autónomas han creado sus protocolos y planes, y existe la conciencia generalizada de la innegable importancia de la escuela. Los especialistas inciden en varias de las medidas claves para garantizar ese regreso así como en la dificultad de la tarea. No cabe duda que, como en el conjunto de la situación en la que nos encontramos, el día a día va a ir marcando esa adaptación en un contexto de incertidumbre. El reto es mayúsculo y la respuesta educativa tendrá que estar en consonancia con el mismo