Sobre las pensiones

Por EQUIPO AICTS / 30 de mayo de 2022

La cuestión de las pensiones es una de las que suele aparecer recurrentemente en los medios de comunicación. Sin embargo, en los dos últimos años, con la crisis de la pandemia covid-19, había quedado en un segundo plano, al menos de cara a la opinión pública, debido a la urgencia de la situación que se estaba viviendo. Pero, en los últimos meses han ido apareciendo nuevas noticias sobre las pensiones, vinculadas a la reforma de las mismas. Y todo ello bajo la mirada atenta de Bruselas que observa el escenario de la economía española, marcado por no pocas incertidumbres, comunes al conjunto de la Unión Europea pero también con sus especificidades. Recientemente, el Banco de España señaló que las pensiones eran el principal reto para las cuentas públicas españolas. Obviamente, este es un debate que, como señalábamos anteriormente, es estructural.

No cabe duda que el sistema de pensiones es uno de los principales pilares de las políticas sociales vinculadas al Estado de Bienestar. De hecho, es una de las bases del nacimiento y evolución de dichas políticas que darían lugar, décadas después, al señalado Estado de Bienestar. Las pensiones garantizaban que los trabajadores contarían con un sustento tras su jubilación. Las pensiones se fueron ampliando a diferentes ámbitos, aunque las mismas dependen de la cotización durante la vida laboral de los trabajadores y hay pensiones, como por ejemplo las no contributivas o las que reciben los autónomos, que no son muy elevadas. En el caso español, las pensiones están institucionalizadas desde hace décadas como una de las grandes conquistas sociales y acontecimientos como el Pacto de Toledo de 1995, clave en la configuración del sistema actual, contó con el acuerdo de las fuerzas políticas y sociales. 

Pero las pensiones también están sujetas a los cambios de los tiempos. Como le ocurre al conjunto del Estado de Bienestar, son hijas de su tiempo y es un sistema que parte de unas condiciones que han ido transformándose. Sin duda alguna es uno de los principales retos de este modelo tan necesario, cómo adaptarse a esos cambios, y es una de las reflexiones más profundas que se tienen que hacer, evitando caer en las tendencias neoliberales que tiran de la cuerda hacia otros modelos de sociedad más individualistas, con menor cohesión social y corresponsabilidad. Sobre las pensiones se apunta a su sostenibilidad. Como todos los servicios contributivos, y esto se puede ampliar a cuestiones como los impuestos, depende en buena medida tanto de las rentas del trabajo como de los impuestos indirectos, y de nuevo entramos en esa rueda en la que vuelven a ser determinantes las condiciones materiales. Además, a este escenario se une la situación de la estructura demográfica. Es decir, unas sociedades envejecidas con una población que llega a edades más avanzadas y en mejores condiciones, un logro fundamental, pero con una natalidad estancada que implica que hay cohortes futuras menores, con la implicación en las cuentas públicas y en el conjunto de las dimensiones económicas. Y si unimos precariedad del empleo, crisis, etc... un escenario complejo.

Sin embargo, hay que articular mecanismos que permitan el mantenimiento de este sistema y su mejora. No hay que caer en determinismos y pesimismos vinculados a un escenario complejísimo, reconociendo la realidad obviamente. En estos momentos, el trabajo por las pensiones, como por el conjunto de las políticas sociales, es determinante. En la actualidad, las pensiones representan el 12% del Producto Interior Bruto de España, pero las pensiones tienen que ir adaptándose a los cambios señalados. No son pocas las voces que insisten en nuevos pactos sociales en relación a la cuestión, los cuales son necesarios, especialmente en estos tiempos tan polarizados en los que los grandes acuerdos son casi la excepción. Algunas cuestiones deberían estar por encima de ideologías y de determinadas posiciones, acordándose los puntos básicos y mínimos que garanticen, en el caso de las pensiones, esa sostenibilidad. En caso contrario, seguiremos por los caminos que nos llevan a casillas de salida.