El cambio climático y su impacto en la salud y las desigualdades

Por EQUIPO AICTS / 7 de noviembre de 2022

El cambio climático es una realidad incuestionable que se ha acelerado en la última década. No cabe duda de que el escenario al que nos enfrentamos, conjuntamente, se está haciendo cada vez más complejo. Estamos a comienzos de noviembre y el mes de octubre ha registrado unas temperaturas inusuales. Y qué decir de lo ocurrido con un verano tan tórrido como el de 2022. Igualmente, el régimen de lluvias en lo que llevamos de año está siendo mucho más bajo, con una reducción de las mismas y con una situación de sequía. De esta forma, y como hemos comentado en otros posts de este blog, se producen consecuencias en todos los ámbitos de nuestras vidas. 

Hace unos días, dos estudios han sido publicados y demostrado algunos indicadores y consecuencias del cambio climático. La prestigiosa revista The Lancet ha lanzado un proyecto, The Lancet Contdown, que analiza el impacto del cambio climático en la salud. Olas de calor, sequías, inundaciones, etc., están teniendo un impacto sobre las condiciones de vida y la salud, especialmente en las partes del mundo más vulnerables, provocando aumentos de la mortalidad, de las enfermedades, etc. Para los autores del informe, hay una relación directa y obvia entre el uso de los combustibles fósiles, el cambio climático y las consecuencias sobre la salud, incidiendo en la rapidez en la que evoluciona este fenómeno. Un escenario de gran complejidad, como decíamos, que no va a ir a mejor. Una salud global que se ve deteriorada y que obligará a asumir nuevos desafíos.

Unicef, por su parte, ha puesto el acento en la infancia y en las consecuencias del cambio climático sobre este colectivo. El informe El año más frío del resto de tu vida: proteger a la infancia frente al impacto creciente de las olas de calor es el impactante título de este trabajo que se centra en los impactos de las olas de calor, cada vez más frecuentes, extensas y más duras. Y estos, como también hemos señalado en el párrafo anterior, tiene unas consecuencias más duras en las zonas más desfavorecidas del planeta y en los colectivos más vulnerables, siendo uno de ellos la infancia. Es un escenario que impacta en estos grupos con más fuerza y que tienen menos medios y herramientas para combatir las olas de calor y otros fenómenos climatológicos ya señalados. 

En definitiva, son informes que nos muestran situaciones que ya conocemos pero sobre las que es necesario seguir concienciando y profundizando para tomar medidas. Los impactos en la salud y las desigualdades son evidentes ya que, por ejemplo, ante el crecimiento de las olas de calor o de los temporales de frío extremo, no todo el mundo está en la misma posición para afrontarlos. Lo hemos visto este año 2022 y el escenario no va a ir a mejor. Las medidas que deben tomarse para afrontar el cambio climático son estructurales, algunas de ellas son muy urgentes. Otras no pueden ser afrontadas a corto plazo sino que precisan de un periodo más amplio, a medio y largo plazo. Pero, lo que tampoco debe quedarse de lado es la necesidad de contar con medidas que mitiguen el impacto del cambio climático en estas zonas y colectivos más vulnerables, incrementándose las situaciones de crisis y precarización en las que ya estaban inmersos. Además, no serán pocos los grupos sociales que pueden entrar en situaciones vulnerabilidad y exclusión social. De nuevo, como en otras ocasiones, nos encontramos en una suerte de "tormenta perfecta", pero en este caso con menos margen de maniobra.