Sobre la clase media

Por EQUIPO AICTS / 30 de enero de 2023

Hace unas semanas, Sergio C. Fanjul publicaba en El País un extenso y muy interesante artículo bajo el título "No llegamos a fin de mes. La clase media no era esto". En el mismo, Fanjul analizaba el devenir de las clases medias, o de la clase media, en la última década cuando, como se viene analizando, las mismas han cogido un camino de vuelta en la estructura social. Es decir, una movilidad social descendente con la precarización del mundo del trabajo, el aumento de los costes de vida, el no funcionamiento de cierto indicadores de estatus que permitían coger el ascensor social, habiéndose quebrado este último. Es decir, una serie de factores interrelacionados que, a partir de la crisis de 2008, se intensificaron. Sin embargo, como hemos señalado en otros procesos vinculados a la estructura social y a las clases sociales, había signos que indicaban que este escenario era plausible.

No cabe duda de que la evolución de las clases medias es uno de los objetos de estudio de la Sociología más destacados en la última década y media. Como decíamos anteriormente, la clase media a partir de la crisis de 2008 comienza un retroceso que viene marcado por la ruptura de la "promesa" de progreso. Es decir, esa movilidad social en la que se sustentaba la estructura social se rompe y la misma sigue siendo vertical pero en un sentido descendente. Sobre la clase media siempre ha pesado una dificultad de conceptualización debido a su heterogeneidad y a la bifurcación entre dos variables como son el nivel económico y los signos de estatus. La clase media, además, tampoco puede sustraerse a la construcción de sociedades basadas en el Estado de Bienestar y que fundamentaban parte de su cohesión social en ese proceso. De esta forma, el acceso a un nivel de estudios superior, la consecución de ciertos signos de estatus y un nivel socioeconómico que permitía el acceso a estos últimos era determinante para la construcción de esas clases medias. Pero, con la crisis de 2008 se consolida una ruptura que, además, siendo en no pocas ocasiones aspiracional y autorreferencial, genera una disonancia entre la precarización creciente de la vida, los signos de estatus y el hecho de poseer algunos de ellos, por ejemplo una formación cualificada o incluso un empleo de esas características, y no entrar en esa categoría de clase media. 

Junto a la ya comentada dificultad de conceptualización, se unen algunas miradas sobre las clases medias que apuntan a su función como desactivadora de los movimientos obreros y de partidos situados en el extremo de la izquierda en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, especialmente en los países europeos occidentales de la posguerra. Una visión compartida desde diferentes ámbitos que obvia la complejidad de un fenómeno que, paradójicamente, ha sido clave para la formación de unas clases medias y medias altas basadas en signos de estatus y de pertenencia con ideología de izquierda. Este mismo hecho, que sería digno de analizar, se puede también vincular al conservadurismo de esta clase media que en buena medida también se da. Obviamente, conservadurismo que implica "conservar" lo que se ha conseguido o se tiene. Pero ese conservadurismo también se ha vinculado, con razón, al voto a tendencias más de centro - derecha y de derecha. En definitiva, en este punto hay muchos aspectos que se dan pero también no pocas contradicciones y ambiguedades. 

El escenario del mayor grupo de población de la estructura social, autocategorizado (no lo olvidemos), es cada vez más complejo, más difícil en sus condiciones socieconómicas, como el de la mayor parte de la sociedad, comenzando por los colectivos más vulnerables y ubicados en el riesgo de exclusión social. Colectivos que podían contar con la aspiración de ser clases medias y cuyo ascensor se ha roto. Pero, como hemos señalado anteriormente, estamos ante un fenómeno que es muy complejo. De lo que no cabe duda es de que, la precarización de las clases medias supone un impacto en la cohesión social ya que nuestros modelos se basan, en buena medida, en ciertos consensos que pasan por esa movilidad, o el cumplimiento en parte de la promesa de movilidad. Otra cuestión es que tengamos que debatir también sobre "movilidad hacia dónde" o qué entendemos por "progreso". El camino hacia otros modelos de sociedad ya está muy avanzado y los signos son evidentes, por ejemplo los datos sobre la estructura social en un país como Alemania. Hace ya unos años, se publicó en la revista EHQUIDAD "Sociedad outlet - sociedad low cost: la clase media vuelve a casa", del integrante de AICTS y profesor de Sociología de la Universidad de La Rioja Sergio Andrés Cabello, donde se analizaban algunos de estos procesos. Lamentablemente, casi una década después, estos se han acelerado. Un reto para nuestras sociedades y para los modelos de cohesión social que nos llevan a buscar nuevos mecanismos para conseguir la misma.