Excluidos del mercado laboral

Por EQUIPO AICTS / 17 de abril de 2023

Retornamos en el Blog de AICTS al mercado laboral, uno de los aspectos centrales que solemos abordar en estos artículos. El escenario del mismo, las condiciones de trabajo, la precarización, el acceso, etc., todos estos factores que determinan en gran medida la posición de los individuos en la estructura social. Podemos pensar otros escenarios, en ocasiones hay discursos y visiones tan alejadas de la realidad de la mayoría de la población, que cuesta creerlo, cuando la realidad es que el trabajo sigue siendo determinante en nuestras vidas, y cada vez más. Este artículo pone el foco en un aspecto como es la posición en el mercado de trabajo de un colectivo como el de los mayores de 50 años. Hace unos años, era mucho más frecuente la referencia al mismo. Hace unos días, El País publicaba un artículo titulado "La discriminación por edad en España", firmado por Sara de la Rica, Odra Quesada y David Martínez Lafuente. En el mismo, se incidía en las dificultades de las personas mayores de 49 años para encontrar trabajo, que tenían que enviar el doble de currículums que una persona de 35 para ser entrevistados, y cómo las empresas y los empleadores aplicaban discriminación por edadismo, afectando en mayor medida a los hombres que a las mujeres, y en puestos cualificados, a través de los datos de un estudio realizado por la Fundación ISEAK.

Las dificultades en el mercado laboral para el colectivo de personas mayores, entendiendo por este grupo de edad a los que hace referencia el estudio, pero que todavía tienen por delante un trayecto de su vida laboral amplio, han sido significadas en diferentes momentos. Por ejemplo, la crisis de 2008 y su terrible impacto en el mercado de trabajo, con un incremento del desempleo, puso el foco en personas de estas edades que también se veían expulsadas del empleo. Trabajadores y trabajadoras que habían tenido una estabilidad y una seguridad, lo que eran aquellas clases medias consolidadas y aspiracionales, que se veían de repente sin su empleo, dándose en puestos de trabajo tanto cualificados como no cualificados. Las consecuencias fueron ya señaladas en su momento y, en parte, seguimos viéndolas. Antes de este punto de inflexión, ya había una identificación de las dificultades de estos grupos para seguir en el mercado de trabajo. En ese sentido, se hacía mayor hincapié en la comparación con los jóvenes, con una visión vinculada a la falta de actualización de su formación y en las dificultades para adaptarse a los nuevos requerimientos del mercado de trabajo, hecho que también habría que discutir. En realidad, detrás de todo ello subyace el hecho de que un trabajador joven era más barato en términos de salario, así como se podrían aplicar unas condiciones laborales determinadas. Además, los procesos de flexibilización del mercado laboral contribuyeron a abaratar despidos.

Como todo, lo que no mejora, empeora. En momentos como el actual, en el que el mercado de trabajo se ha flexibilizado más si cabe con procesos como la "uberización", en el que hay unas elevadas disonancias entre los escenarios del mismo y la realidad, como ya hemos comentado, se está produciendo una situación en la que esta discriminación por edad, documentada, va creciendo. Trabajadores y trabajadoras que, a medida que van cumpliendo años, ven cómo si pierden su empleo van a contar con más dificultades para estar en el mercado de trabajo y conseguir nuevos trabajos. Obviamente, la situación de los jóvenes no es mejor, ya lo hemos señalado en no pocas ocasiones, pero también hay que considerar a estos colectivos. Por un lado, implica que se pierde un conocimiento y una experiencia, la cual no es puesta en valor tanto por las empresas como por el sistema económico. Por otro lado, son colectivos que, en función de sus condiciones de vida y ahorros, pueden verse en situaciones de exclusión social y vulnerabilidad. Finalmente, también irán perdiendo años de cotización para sus pensiones. 

En consecuencia, una realidad que suele aparecer muy de vez en cuando en las noticias, en función del momento. Como hemos visto, hace unos años estaba más presente pero, en la última década, no lo ha sido tanto. Y seguramente sea debido a que no son pocos los colectivos y personas que han entrado en esa precarización vinculada a un mercado de trabajo más polarizado y que va generando cada vez más desigualdades.