El reto del sistema educativo ante el descenso de la natalidad

Por EQUIPO AICTS / 09 de mayo de 2022

La evolución de las tasas de natalidad y de los índices de fecundidad de las dos últimas décadas han sido objeto de análisis y reflexión en este blog en no pocas ocasiones. El escenario que se ha generado, con un índice de fecundidad alrededor de 1,2 hijos por mujer, produce una gran cantidad de estudios y prospectivas, de visiones sobre la cuestión y de la forma de abordar el mismo. Sin duda alguna, uno de los ámbitos en los que el impacto es más importante es el educativo ya que se van reduciendo las cohortes que se incorporan al mismo cada curso. Este hecho implica un nuevo debate sobre la sostenibilidad del sistema en las condiciones actuales y que cuenta con no pocas derivadas.

Recordemos que la evolución del sistema educativo en España, con sus pros y sus contras, ha sido uno de los grandes avances del Estado de Bienestar desde que se constituyó en nuestro país. Las diferentes reformas educativas a partir de la década de los noventa del siglo XX, especialmente la LOGSE, supusieron una serie de avances en modelos basados en la comprensividad. La reducción de ratios fue sin duda alguna uno de los aspectos más explícitos de estos procesos, situándose en 25 alumnos por aula en Educación Infantil y Primaria. Los que venimos de modelos anteriores, recordamos aquellas clases en los que nos concentrábamos hasta 45 alumnos. Cuando se comienzan a implementar esas ratios, el descenso de la natalidad es una realidad tras los últimos estertores del "baby boom". Sin embargo, todavía la oferta era cubierta y la primera década del siglo XXI vivirá otro escenario en el que se incorporarán nuevos estudiantes al sistema educativo. Será la inmigración y la llegada de alumnos a la educación obligatoria, así como el hecho de que la natalidad de estos colectivos será mayor que la de la población autóctona aunque, como ocurre en otras sociedades, también se va equiparando a medida que avanzan las generaciones. 

Sin embargo, como ocurre en otros ámbitos, el impacto del descenso de natalidad ya se deja sentir claramente en el hecho de que la oferta no se cubre. Al contrario, hay incluso situaciones en las que se están cerrando centros y aulas, todavía de forma excepcional en los primeros casos, pero se están dando. Se ha asumido un descenso de las ratios lo que, sin duda alguna, tendría que implicar un aumento de la calidad educativa. Es decir, se ha visto esta situación como la oportunidad de avanzar en estas medidas que mejoren la educación con menos estudiantes por aula e incluso permitiendo que en las aulas se puedan dar más apoyos, refuerzos, dos docentes por clase, etc. No hay que olvidar que, además, el sistema educativo es una enorme institución social, de las más importantes de la sociedad, con la consiguiente presencia de distintos colectivos, con sus funciones sociales y sin olvidar la situación del profesorado y del resto de trabajadores del sistema educativo.

Por otro lado, la cuestión de la natalidad y su relación con la educación introduce también otras cuestiones como las referentes al primer ciclo de Educación Infantil, de 0 a 3 años, o el escenario de la categorización de la oferta educativa y de las redes presentes. Por un lado, la importancia de ese primer ciclo de Educación Infantil se ha constatado desde hace tiempo como determinante en no pocos ámbitos. El acceso a la misma, tanto en relación a la oferta como a los costes, es una de las cuestiones en las que se ha tratado de avanzar en estos últimos años. Recientemente, El Confidencial señalaba las dificultades para encontrar centros en esa etapa a pesar del descenso de la natalidad. Se indicaba también la importancia de las plazas públicas disponibles, hecho en el que se ha puesto el foco como una forma de garantizar el acceso a esta etapa educativa, que también se ha indicado que es clave para cuestiones como el aprendizaje, reducir las desigualdades, la conciliación de la vida familiar y laboral, etc. Pero queda mucho camino por recorrer.

En el otro lado, la cuestión de la oferta y de las redes educativas, pública y concertada, también se ha puesto encima de la mesa. Es un debate que trasciende la natalidad pero también se ha constatado que la reducción de la natalidad está afectando en mayor medida a los centros públicos que a los concertados. Esta cuestión está vinculada tanto a la capacidad de elección de centro por parte de las familias, que funciona en las dos direcciones, como en la situación de la ubicación de los centros. Como se ha señalado anteriormente, hay centros públicos, especialmente en los que hay un mayor porcentaje de población en situación de riesgo de exclusión social, que se están viendo afectados por este escenario, incluso produciéndose cierres. No faltan las propuestas que inciden en la relación entre segregación escolar y plazas disponibles, proponiéndose el cierre de unidades en centros concertados. Es cierto que en algunas Comunidades Autónomas se han podido dar medidas políticas que han aumentado la oferta en esa dirección. Pero, de la misma forma, también sería importante tener en consideración todos los factores implicados así como unos diagnósticos que permitan avanzar hacia evitar segregaciones y concentraciones. Escenario complejo que será determinante en los próximos años. Un gran reto.